La gente de TIGRE expresó su preocupación y su descontento con el andar del equipo. Aunque todavía falta un torneo, los jugadores no se pueden acostumbrar a perder. Una vez que entrás en la mala es muy difícil salir y la presión te comienza a comer la cabeza. Hay que despertar.
Al igual que en 2020, El Matador debe afrontar un certamen internacional sin poder prestarle la atención y la importancia que este acontecimiento se merece. Aquella vez porque la prioridad era volver a Primera, en esta oportunidad, porque desperdiciaron un mercado de pases.
TIGRE tiene un plantel corto y los «refuerzos» que llegaron, lejos están de serlo. No hay que ser un erudito en la materia para saber cuáles eran los puestos a fortalecer. Los titulares no tienen competencia y los suplentes no dan indicios de poder cambiar una historia adversa.
La llegada del nuevo DT no iba a traer soluciones inmediatas en el funcionamiento. Se intentó buscar un golpe de efecto y se logró sólo en el debut. Es difícil plasmar una idea de juego en tan poco tiempo y con el calendario apretado. Hoy se necesitan resultados inmediatos.
Un triunfo en Paraguay sería un placebo y un poco de pan para hoy. La realidad es que quedan 4 finales por el torneo local y hay que encararlas como tal. Arrancar el segundo semestre con la soga no tan apretada y en una situación más cómoda. Es la hora de ganar, Matador.